En el año 2007, I. Fortún es invitado por la artista Margot Venegas a participar dentro de un ciclo de intervenciones que se desarrollaron en su estudio zaragozano El sol sale para todos.
La intervención con la que el autor participa, titulada el cobijo de las horas, esta dentro de los procesos de experimentación con la luz y con la capacidad expresiva de la obra, fuera de los espacios expositivos habituales.
La instalación se ubico en el escaparte del estudio. Un pequeño equipo de lucesprogramadas, con diferente temperatura y color, evolucionaban de un modo continuo iluminando la obra elegida, (una de las piezas correspondientes a la colección Jardín del obrero. Cafetería Diamante. Técnica mixta sobre zinc ). De esta forma quedaba expuesto a la noche zaragozana un paisaje por donde pasaban todas las horas, desde el amanecer a una noche de luna llena.
Dadas las características de este espacio expositivo, este se contempló como una oportunidad para experimentar en torno a la iluminación de la obra, creando en los diferentes espacios, atmósferas de luz que le otorgaran a la obra una mayor capacidad de expresión y de transformación, que la ya conocida en formatos expositivos más comunes.
Las paredes de la sala se iluminaron con diferentes gradaciones de color, que intercaladas quedaban reflejadas en la obra, incidiendo en esta cambios cromáticos, que el espectador podía descubrir según el movimiento que este realizara en torno a la obraobra