El método a utilizar en esta estampación es el de la serigrafía. Técnica de impresión empleada para la reproducción de imágenes sobre cualquier material, consistente en transferir una tinta a través de una malla tensada en un bastidor. El paso de la tinta se bloquea en las áreas donde no habrá imagen mediante una emulsión o barniz, quedando libre la zona por donde pasará la tinta (zona de malla abierta).
Como cualquier sistema de impresión este puede ser repetitivo, pudiendo llegar a hacerse cientos de copias, estas serán numeradas y firmadas cuando la estampación tenga un carácter artístico.
El proceso comienza con la creación de los bocetos sobre zinc, el mismo material con el que se ha de estampar. De esta forma, utilizando el mismo número de tintas con las que queremos editar, (en este caso tres tintas) me puedo acercar al resultado pretendido, partiendo de la base que todo el procedimiento hasta la estampación, esta abierto a la modificación y reinterpretación del boceto.
Cortadas las planchas al tamaño deseado, estas las someto a un proceso de abrasión y lijado similar al aplicado en la obra original. Este trabajo previo, le otorgará a cada uno de las ejemplares editados características propias de expresividad y textura.
Sobre acetatos, con tinta opaca procedo a desglosar y registrar cada uno de los colores que componen el boceto, en este caso tres. Posteriormente estos registros se traducen por un procedimiento foto químico de emulsión, en el hueco libre de la pantalla (zona de impresión permeable) por donde pasará la tinta.
La primera tinta que se imprime (imagen Izda) es una tinta opaca y oscura, cercana al negro, con esta creamos la base del dibujo sobre la que iremos añadiendo las dos restantes, que serán transparentes. Esta superposición de colores transparentes, nos permite crear una gama cromática mayor, teniendo en cuenta que el número de tintas con que editamos es limitado.
En la imagen de la derecha observamos la plancha con la primera estampación preparada para recibir la del segundo color, que podemos ver registrado en la pantalla. Esta mancha -que aparenta ser blanca- es el espacio sin bloquear de la pantalla por donde pasara la tinta.
El estampador (Pepe Bofarull) aplica el segundo color arrastrando la tinta con presión mediante una regleta de caucho. La tinta traspasa las zonas permeables de la tupida malla, quedando impresa la imagen en el metal.
Las planchas se depositan en las bandejas de secado, esperando la estampación del último color (imagen inferior).
Terminada la estampación de los tres colores, se cortan las planchas separando las tres postales. Con un procedimiento de trabajo individualizado, se aporta a cada una de las planchas matices de color y de pulido en el metal, lo que otorgará a cada uno de los ejemplares diferentes cualidades lumínicas y cromáticas.